lunes, 12 de julio de 2010

Mundo interior y mundo exterior

Nuestro mundo interior no podría existir sin un constante y necesario contacto con lo exterior. La escritura es la verbalización de ese contacto; un diálogo desde una ética que nos afirma como interlocutores de lo otro desde nuestras opciones y hallazgos y, de algún modo también, desde ese narcisismo que nos lleva a dibujarnos en nuestras voces.