viernes, 15 de octubre de 2010

ROSTROS

Interminables y numerosos, casi nunca percibidos de una manera totalmente nítida ni definitiva, a veces prójimos pero muy rara vez realmente próximos, nos rodean los rostros: amistosos o inamistosos, agradables o desagradables, imprescindibles o superfluos, cercanos o lejanos, comprensibles o impenetrables, apacibles o coléricos, inteligentes o estúpidos... Los rostros: los contemplamos con sus cambiantes gestos; a menudo confusos, engañosos o impredecibles, acercándose o alejándose de nosotros generalmente de acuerdo a nuestra voluntad de acercarnos o alejarnos de ellos.