martes, 15 de marzo de 2011

UNO DE LOS MÁS COMPRENSIBLES ANHELOS HUMANOS...

Quizá uno de los más comprensibles anhelos de cualquier ser humano sea que su rostro pasado y su rostro presente se asemejen; que el tiempo vivido los superponga con gracia y que, armoniosamente, los acerque; que las ilusiones y la frescura de la edad temprana no resulten demasiado estragadas con el paso de los años. “Que la muerte te acoja con tus sueños intactos”, dice Alvaro Mutis en uno de sus versos. Algo que nos recuerda uno de los más antiguos sueños de todo ser humano: que el momento final de su vida no señale muy abruptas contradicciones entre el rostro de antes y ese rostro de ahora con el cual enfrenta la muerte. Que la faz final de cada individuo sea la válida y comprensible metamorfosis de un lejano rostro juvenil y nunca su grotesca, su deformada caricatura.