martes, 5 de julio de 2011

LA UNIVERSIDAD EN LA QUE CREO...

En su libro La otra voz, comenta Octavio Paz: “los poetas se refugian en las universidades, como en la Edad Media, pero sería funesto que abandonasen la ciudad”. Desde luego, el poeta no puede abandonar la ciudad de la misma manera que la poesía no podría abandonar la vida; pero, a fin de cuentas, la poesía, que merece vivir en todas partes, también merece hacerlo en las universidades. Universidades capaces de aceptar a la imaginación como una de las formas más amplias de la sabiduría humana; capaces de aceptar, también, que razones poéticas y científicas pueden coexistir porque unas y otras son complementarias expresiones de lo humano; universidades en condiciones de permitir a ciertos seres de palabras trabajar con dignidad el hallazgo de su voz, y, también con dignidad, expresarlo.


Creo en una universidad necesaria que permita en su seno la existencia de muy diversas palabras y razones. La científica, claro está, es una de ellas; pero no es la única. Existe, también, otra palabra, otra razón: la poética. También ella tiene derecho a vivir dentro del recinto universitario.