lunes, 3 de octubre de 2011

RINDO UN HOMENAJE...


Aprovecho para rendir, aquí y ahora, un homenaje a ciertas personales lecturas infantiles: los libros escritos por una escritora inglesa de la que, por muchos años, pensé que se trataba de un hombre. Se llamaba Richmal Crompton; y disfruté por largo tiempo de los muchísimos episodios protagonizados por Guillermo Brown, un niño inglés rechoncho, pelirrojo, con el rostro lleno de pecas, ataviado con la infaltable gorra de cricket que, según creo, era de uso obligatorio en los colegios ingleses de la época; y que, junto con sus amigos Pelirrojo, Douglas y Enrique, me hicieron disfrutar de sus aventuras. No me cansaba de sumergirme en el mundo de Guillermo. Leía sus peripecias una y otra vez, incansablemente. Llegué a conocer de memoria la mayoría de ellas. Volvía una y otra vez a esas páginas que me divertían y, sobre todo, me aislaban. Fui también, claro, un ávido lector de Emilio Salgari, con sus muy variados y exóticos personajes y lugares; pero, sobre todo, serían los muchos y muy hilarantes episodios de Guillermo Brown los que me mostraron la fuerza seductora de una palabra capaz de enriquecer mis días.