viernes, 30 de diciembre de 2011

LA HISTORIA DEL OCCIDENTE MODERNO FUE HACIÉNDOSE SIEMPRE A COSTA DE UN OTRO...

     La historia del Occidente moderno fue haciéndose siempre a costa de un otro: a sus expensas, en su sacrificio. Durante los siglos XVIII y XIX, Occidente conoció a los "otros", seres extraños que lo desconcertaron. El desconcierto produjo dos reacciones: la del etnocentrismo y la del exotismo, distintas pero, en el fondo, semejantes. Etnocentrismo fue confundir la propia verdad con la verdad universal; las verdades y los valores propios debían, naturalmente, convertirse en valores y verdades de todos. Exotismo fue el interés por la rareza del otro; había que proteger y promover esa rareza: preservarla en museos o exhibirla en ferias. A la postre, etnocentrismo y exotismo coincidieron: la diferencia del otro era su inferioridad.