lunes, 9 de enero de 2012

COMO UN PRESAGIO...


Como un presagio, el imaginario de lo apocalíptico ha acompañado a la humanidad a todo lo largo del siglo XX. La historia del hundimiento del Titanic no hace sino simbolizar ese imaginario vinculándolo muy estrechamente a la estúpida soberbia de los hombres absortos ante sus logros; paradoja de la autocomplacencia que desemboca en la certeza de la fragilidad y en la convicción del fracaso. “El hundimiento del Titanic –dice en algún momento de su obra Ernst Jünger- fue el mane, thecel, phares de nuestro tiempo, la señal de su fin próximo y desastroso ... Las visiones apocalípticas corresponden al temple del mundo, de naturaleza predominantemente técnica.