domingo, 1 de enero de 2012

KAFKA ALEGORIZÓ...

     Kafka alegorizó los abismos abiertos ante la arquitectura del mundo del hombre. El sentimiento de la felicidad imposible quizá sea el que mejor defina la obra de Kafka. O mejor: lo imposible como totalidad. Para los personajes de Kafka todo es imposible: llegar a un lugar, salir de un lugar, hacerse entender, hacerse querer, mostrarse, amar, ser... Son personajes abrumados por la revelación de que la existencia acaso sólo sea un trágico error. Castigos, penitencias y, sobre todo, el sentimiento de absurdo ante todos los instantes de la vida, acompañan esa revelación. Kafka dibujó una metáfora posible del universo. Describió la orfandad del hombre ante la impuesta aventura de vivir. Su visión se proyecta sobre algunas de las pesadillas que la historia de nuestro siglo XX hizo suyas. Una reflexión siempre me sobrecoge al recorrer los diversos laberintos kafkianos: de haber vivido más, quizá algún campo de concentración hubiese sido el destino de Kafka. A fin de cuentas, su escritura pareció prever los inimaginables límites de horror que el mundo estaba a punto de conocer.