Me anticipo a ese tiempo que me aguarda, con
sus errores posiblemente cometidos, con sus logros sorpresivamente alcanzados,
con esas nuevas circunstancias que me cubrirán de pies a cabeza... Me predigo
en ciertas reacciones. Soy previsible en mis desconciertos y certezas, en mi
forma de actuar y de entender; previsible, también, en mi lucidez o en mi
torpeza, en mi vigor o en mi debilidad. ¿Acompañaré mis días o los construiré?
¿Haré de ellos inspiración o resultado? Antes del próximo alto en el camino indescifrable,
deberé encontrar nuevas respuestas necesarias para anticiparme a ese tiempo que
me aguarda...