domingo, 6 de mayo de 2012

EN SU TRABAJO...

     En su trabajo, Seis propuestas para el próximo milenio, Italo Calvino contempla la experiencia del tiempo occidental a través de ciertos libros donde emblematizan centrales itinerarios de los hombres. En libros como La Metamorfosis de Ovidio, La Divina Comedia, El Quijote, Hamlet o Robinson Crusoe, Calvino evoca signos representativos del tiempo humano. Signos como “levedad”, “rapidez”, “exactitud”, “visibilidad” “multiplicidad”... Levedad y ligereza, dice, aluden a comportamientos humanos ideales tanto para escribir como para sobrevivir; rapidez necesaria para razonar y actuar, en la palabra que escribimos y en la existencia que construimos. La visibilidad permite al hombre distinguir el tiempo que lo rodea desde la imaginación y desde lo imaginario. Y, por último, el signo que Calvino señala como el más afín a nuestros días: la multiplicidad. Multiplicidad que es muchas cosas: pluralidad, dispersión, variabilidad, bullicio. Para Calvino, la escritura contemporánea es multiplicante porque siempre puede añadirse algo a lo decible. La multiplicidad definiría un mundo como el nuestro, donde, como dice Calvino “Ha dejado de ser concebible una totalidad que no sea potencial, conjetural, múltiple”.